Hacia un Tercer Contrato Social de la Educación Superior
El Secretario Ejecutivo del Sistema Iberoamericano de Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (SIACES), Alberto Dibbern, fue el moderador del Foro 2 sobre Políticas y estrategias de las organizaciones internacionales para la implementación del Tercer Contrato Social de la Educación, realizado en el marco del Congreso Mundial de Educación Kairós por el Tercer Contrato Social de la Educación.
A lo largo de su presentación, Félix García Lausín, comisionado del Espacio Iberoamericano del Conocimiento (EIC) y secretario general del Consejo Universitario Iberoamericano (CUIB), hizo énfasis en la necesidad de “avanzar para que el sistema educativo contribuya con un espíritu innovador y emprendedor, con respeto pleno y activo de los derechos humanos, con compromiso para lograr una realidad sostenible y solidaria”. Para García, la cooperación internacional ha adquirido un valor renovado a escala mundial, se han multiplicado los encuentros virtuales y las tecnologías digitales. Es justamente en este contexto que “el papel de los organismos internacionales es el de ser capaces de aplicar la colaboración, la solidaridad y concertar esfuerzos entre nosotros para hacer efectivo el anhelo de transformación de la educación que sería el nuevo contrato que la sociedad amerita”.
Francesc Pedró, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC), enfatizó que se deben hacer compatibles dos líneas de trabajo simultáneas: la equidad y la calidad de la educación superior. Para Pedró, en función de la pandemia del COVID-19 “el acceso a la educación superior representa un retroceso de una década, vamos a perder entre 10 y 25% de estudiantes al igual que la paridad de género alcanzada hasta ahora. Subrayó la necesidad de que las agencias de aseguramiento de la calidad y las organizaciones profesionales continúen desarrollando el trabajo que vienen realizando desde hace décadas en la región para garantizar la calidad de la educación. “Equidad y calidad son en el fondo las dos caras de una misma moneda (…) No vamos a recuperar lo que la pandemia nos ha hecho perder en términos de equidad y de calidad, pero sí nos permite reconocer lo que ha sucedido como una puerta abierta hacia una innovación de verdad, responsable y que garantice la continuidad educativa”.
El Secretario General de la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUAL), Roberto Escalante, hizo propuestas para el Tercer Contrato Social que son la gobernanza universitaria que refuerce la autonomía universitaria y fortalezca la capacidad financiera, operativa y de gestión universitaria; la relación ODS-Universidad-Sociedad que replantee el papel primordial de la universidad ante los ODS; la creación de redes universitarias para el desarrollo que generen una nueva gobernanza internacional entre organismos y creen redes y alianzas públicas-privadas; la transformación digital y equidad que fortalezca los modelos de infraestructura tecnológica, acompañado de modelos pedagógicos para las modalidades híbridas o mixtas; que genere alianzas para la formación docente en el fortalecimiento de las competencia digital docente y desarrolle nuevos perfiles profesionales ante la economía digital.
El Tercer Contrato Social de la Educación debe orientarse a “educar mejor usando todas las capacidades y recursos disponibles y no confundir que educar es solo enseñar para crear capacidades, es también educar con valores sociales”, concluyó Escalante.
María Rosa Terradellas, directora de la Cátedra de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) de la Universidad de Girona (UdG), conversó con la audiencia desde su perspectiva de educadora. “Promover una acción transformadora precisa educar una ciudadanía crítica, activa, responsable y contribuir al desarrollo de la sociedad en conjunto con los ODS que plantean retos sociales. Para Terradellas “se deben establecer alianzas entre los actores sociales que impliquen transformar las metodologías de aprendizaje y generar confianza, la gente debe percibir que las IES son útiles para la sociedad”. Con “innovación no solo hablamos de tecnología, quiere decir que debemos transformar las metodologías de aprendizaje que deben ser participativas, activas, colaborativas, y creativas; mediante la participación de todos los actores sociales”, resumió.
El director del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) por Argentina, Maximiliano Alonso, expuso sus planteamientos desde el punto de vista de los bancos mundiales. En América Latina y el Caribe se invierte en educación 5,1 % del PIB regional según la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), mientras que en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la inversión es de 4.9% del PIB, lo que “no significa que la educación en la región sea mejor que en los países desarrollados”. Para el experto, es necesario cambiar la mirada de inversión en la educación desde un punto de vista productivo, económico y humano e invertir el doble en los próximos 20 años, es decir el 10% del PIB de la región, para estar más orientados hacia ese tercer contrato social que se plantea en este encuentro.
Paulo Speller, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), “la educación superior tiene un papel estratégico en el proceso de construcción de sociedades más justas”. Resaltó que “la pandemia no va a acabar, va a permanecer con nosotros y no volveremos a la poca inclusión y equidad que habíamos avanzado antes de la pandemia, por ende el reto es mayor”. Hizo hincapié en la necesidad de reinventar a la educación superior para que pueda ejercer ese papel con más inclusión, equidad y permanencia con condiciones justas generando sociedades más solidarias.
El especialista en materia de información de la UNESCO, José Manuel Pérez Torner, enfatizó en dos batallas que se tiene actualmente, la lucha contra la pandemia y la tecnológica. Para Pérez “nuestro mundo quedará más dividido, con menos democracia y más desigualdad y por lo tanto habrá más pobreza”. El mundo tecnológico está regido por diez compañías que dominan la base audiovisual y la información en general y favorecen la desinformación y fragmentación debilitando las esferas públicas. En ese contexto, enfatizó que se deben establecer prioridades, recursos y voluntad de transparencia de la acción. El experto señaló que “las habilidades tecnológicas son claves si hay pensamiento crítico y que el esfuerzo educativo no se puede aplicar solo a la educación formal, tiene que haber sociedades educativas”. Se debe ir hacia una “tecnología de lo humano” reafirmando nuevos derechos como el internet libre.
Finalmente, Jorge Calzoni, rector de la Universidad Nacional de Avellaneda dijo que “la educación se complicará aún más en la pospandemia”. Hizo énfasis en las Conferencias Regionales de Educación Superior en América Latina y el Caribe, principalmente la de 2008 que dejó un hito en función de los derechos humanos, se estableció que la educación superior es un derecho y se reafirmó en la del 2018. Calzoni resaltó que se necesita trabajar en la construcción del conocimiento, de metodologías de la enseñanza, en diálogos de saberes, respetando la diversidad y los disensos para lograr unidad. “La globalización no implica homogeneización, implica respeto por la diversidad” afirmó.
Vea el video del Congreso Mundial de Educación Kairós por el Tercer Contrato Social de la Educación.
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