Nuevo Convenio Regional: una puerta abierta a la innovación y la cooperación
El Foro Virtual “El Nuevo Convenio Regional: desafíos y oportunidades de su puesta en marcha” abrió con palabras del director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior de América Latina y el Caribe (IESALC), Francesc Pedró, quien presentó un marco global del Nuevo Convenio que espera su ratificación por al menos cuatro Estados signatarios de la UNESCO.
Explicó Francesc Pedró que el Convenio es un instrumento de diplomacia académica con la ventaja de formalizar lo que ya existe y anticipar lo que se encontrará a futuro, como el micro credencialismo o la utilización intensiva de las tecnologías. El mismo recoge un conjunto de principios consensuados para el abordaje común de los procesos de reconocimiento en la Región.
Entre otras ventajas, mencionó que ayudará a agilizar los procesos para coordinar políticas regionales y respuestas institucionales que protejan los derechos de los estudiantes, de protección a migrantes y refugiados, y brindará la capacidad de construir una comunidad de conocimiento regional que fortalezca redes académicas y de investigación.
Alertó que solo el 38% de los estudiantes de la región que salen de sus países continúan sus estudios en el mismo bloque geográfico, es decir, entre 1/3 – 2/3 del capital humano va a otros países. Con la ratificación y puesta en vigor de este Convenio se logrará un atractivo adicional para apalancar la movilidad estudiantil intrarregional.
Con la ratificación del Convenio, el Instituto se convertiría en su secretariado, con lo que podrá promover el desarrollo de textos subsidiarios que favorezcan la convergencia en los criterios de reconocimiento entre países y el entendimiento recíproco de los sistemas de educación superior de la región.
José Antonio Quinteiro (JAQ), coordinador de programas de la UNESCO IESALC, estuvo a cargo de la moderación del foro, en el que participaron en calidad de expertos María José Lemaitre, directora ejecutiva del Centro Interuniversitario de Desarrollo (CINDA), y Paulo Falcón, ex director nacional de Gestión Universitaria del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de Argentina.
JAQ: ¿Por qué creen que resultó tan difícil operativizar el Convenio de 1974 y por qué cuesta tanto trabajo ratificar el Nuevo Convenio Regional, a pesar de que hay evidencias suficientes de los beneficios que traería su ratificación?
María José Lemaitre (MJL): Destaco tres factores que lo dificultan: la falta de confianza mutua; la puerta a la competencia que abre el reconocimiento de títulos, pues habilitaría para el ejercicio profesional; y un tercero que tiene que ver con los actores que firman y deciden su ratificación, que son los gobiernos, mientras que los que conducen mayoritariamente el proceso de reconocimiento son las universidades nacionales. Si las universidades no participan en la suscripción de un convenio, no hay mucho avance.
Paulo Falcón (PF): Esto es una característica esencial de la política internacional de nuestros países, donde la educación es marginal en muchas de nuestras políticas internacionales. Los Estados tienen otras prioridades y urgencias por encima de la educación superior y el reconocimiento. El Mercosur como bloque político y social generó acuerdos en los 90 y recién en el 2018 se pudo poner de acuerdo en el desempeño profesional sobre las carreras reconocidas. Es necesario colocarlo de nuevo en la agenda pública.
JAQ: ¿Cuáles han sido los factores de éxito que han permitido que Europa haya avanzado en la materia, al punto que los ministros de educación anunciaran en 2018 el reconocimiento automático dentro del Espacio Europeo de Educación Superior para el 2025? ¿Por qué avanzó el Convenio de Lisboa y nosotros nos encontramos tan lejos de alcanzar igual estadio de desarrollo?
JML: El éxito europeo tiene que ver esencialmente con un acuerdo político regional, hay una Unión Europea con recursos, programas como Erasmus+ a diferencia de América Latina, donde no hay fondos ni conducción integrada. El esfuerzo europeo tiene como objetivo convertirse en el destino de los estudiantes extranjeros, mientras que América Latina no es el destino preferido ni siquiera para los latinoamericanos.
No contamos con un espacio regional de educación superior. Las universidades públicas no se sientan en la misma mesa que las privadas, universitarias y no universitarias. Hay un tema de dispersión, de heterogeneidad, que no hemos sabido resolver. Hay una ausencia de espacios nacionales de educación superior, contrariamente a Europa donde hay una cierta homogeneidad.
PF: No todo el Espacio Europeo genera mecanismos de reconocimiento fáciles y sencillos para los créditos y titulaciones. Hay países que tienen mecanismos de aseguramiento de la calidad embrionarios, principalmente en Europa del Este. Europa se puede ver como un proceso de construcción, de debate, de generación de políticas y de acuerdos y es sumamente valioso tenerlo como proceso de generación de políticas y acuerdos como referencia para América Latina y el Caribe.
El Convenio Regional podría verse como un posible quiebre en la historia de desencuentros que tiene la región, ya que no solo pretende facilitar el reconocimiento de estudios, sino que generará un instrumento para la armonización y convergencia, por lo que guardo cierto optimismo.
El Nuevo Convenio: motor de la cooperación internacional
JAQ: ¿Cómo podría el Nuevo Convenio Regional favorecer la circulación de talento en nuestra región?
PF: Es necesario que los estudios ilustren los saberes de las personas. Reconocer las profesiones es dignificar a las personas. El reconocimiento de las cualificaciones tiene que ser interpretado como derecho humano, y las instituciones deben tener una mirada más atenta y respetuosa hacia él.
JAQ: ¿Podría el Nuevo Convenio, a través de ulteriores desarrollos, reconocer las trayectorias educativas inconclusas y abrir una puerta que privilegiase el acceso a la educación superior técnico profesional (ESTP), siempre asociada en nuestra región a un menor prestigio que las universidades, pero ahora muy reivindicada en países como Chile?
MJL: Hay aprendizajes y experiencias que valen la pena; en Chile se aplica en algunas universidades el llamado “Examen de Conocimientos Relevantes” pero es absolutamente potestativo de las universidades. El aseguramiento de la calidad debería promover que las IES fuesen capaces de certificar las competencias de sus egresados.
PF: En el Nuevo Convenio Regional fue incluido el concepto de suplemento al título que incluye una descripción normalizada de la naturaleza, el nivel, el contenido y las competencias adquiridas por su titular. La sociedad actual nos está llevando a otros tipos de necesidades; si se forma a ciudadanos para que participen en la sociedad, se les debe inculcar competencias blandas que permitan vivir mejor como aspira la Agenda 2030.
JAQ: Una encuesta reciente aplicada a 6000 estudiantes interesados en poder movilizarse hacia Australia, Canadá, Nueva Zelandia y Estados Unidos de América arrojó que sólo el 10% de los encuestados estaría dispuesto a cursar sus grados 100% online, mientras que el 43% comenzaría online si luego se les asegurase la presencialidad. Por otra parte, un 31% respondió que prefería diferir su movilidad. Es decir, la “movilidad virtual” pareciera ser un imperativo impuesto por la pandemia. En vista de ello, quizás podamos alcanzar los 8 millones de estudiantes movilizados en 2025 en un contexto postpandemia, tal y como lo proyectó la UNESCO. ¿Cuál es su lectura de este escenario y qué podemos hacer entonces para que los Estados reconozcan la urgencia de la ratificación del Nuevo Convenio Regional?
MJL: El escenario no será de movilidad virtual, ya que no se sabe sobre la calidad de ese aprendizaje, y se pierde el impacto cultural de la movilidad física. Es necesario analizar los aprendizajes significativos sobre la formación remota para asegurar un aprendizaje relevante. La virtualización de la educación pasa por una reflexión seria y profunda sobre lo que aprendimos durante este tiempo de pandemia .. El Nuevo Convenio Regional podría sugerir maneras de hacerlo, generar incentivos y espacios de conversación.
Conclusiones
Al cierre del evento, los participantes compartieron ideas en común a manera de conclusión: Reafirmar la educación como un derecho humano, bien público y una responsabilidad de los Estados; generar mecanismos de confianza y de intercambio de buenas prácticas; propiciar a través del IESALC reuniones de redes y mesas de trabajo en torno al instrumento; hacer esfuerzos para llegar a las 4 ratificaciones que se requieren para la implementación del Nuevo Convenio, y verlo como una puerta abierta a la innovación y herramienta de cooperación.
Foto de Emily Ranquist en Pexels
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