Juventud latinoamericana propone 6 líneas de acción para transformar la educación
El pasado 21 de septiembre se celebró el Diálogo Regional sobre Aprendizaje Innovador en América Latina y El Caribe, en el marco del Proyecto “Jóvenes para la Transformación de la Educación” de la UNESCO. Esta iniciativa conjunta entre UNESCO IESALC y UNESCO ICUA reunió a seis destacados jóvenes de la región, quienes compartieron sus experiencias y perspectivas, en relación con el estado, obstáculos y oportunidades que plantea la implementación del aprendizaje innovador, como vía para contribuir a la transformación de la educación en Latinoamérica.
El diálogo se inició con una contextualización de las prácticas estándares de aprendizaje por parte de los panelistas. Las diversas realidades expuestas en sus intervenciones, a partir de las particularidades de cada país, dejaron ver los desafíos comunes en la región. La desigualdad socioeconómica es uno de ellos tal como lo expresó Mónica Carrillo (México): “Afecta a muchas infancias y adolescencias…Esto nos lleva a pensar la educación no como un derecho sino como un privilegio”.
Por su parte, los testimonios dados por Rocío Lucero y Agustina Conde (Argentina), enfatizaron en la brecha digital: “Después de la pandemia hubo un mayor énfasis en lo digital, ésto genera una ventaja para algunos y una dificultad para otros, porque no todos tienen acceso a estas herramientas”. Y es que según plantearon, la situación sobrevenida por la pandemia obligó a adoptar medidas para las cuales las instituciones educativas no estaban preparadas, profundizando la pérdida cognitiva y de oportunidades de aprendizaje.
También se destaca la necesidad de internacionalizar la educación universitaria, con la finalidad de compartir experiencias, aprendizajes y saberes, potenciando una visión global y planetaria, como señaló Amanda Bennett (Costa Rica): “Nos centramos mucho en nuestros propios contextos y no nos damos cuenta cómo afectamos como comunidad, como humanidad a otras generaciones, a otras culturas. Esta idea se refuerza con la necesidad de aprender idiomas para favorecer el diálogo intercultural y favorecer la movilidad estudiantil, tal y como destacó Matías Vargas, de Costa Rica.
A su vez se exploraron las distintas formas en las que podrían apoyar el aprendizaje innovador. Para Mauricio Pahuara (Perú), “el estudiante debe tener una participación más activa y la escuela debe despertar un sentimiento de búsqueda y participación, que vaya más allá del aula de clase. La oferta educativa debe ser accesible, pertinente y de calidad y promover el desarrollo de habilidades blandas”.
Es importante también la construcción de los fundamentos que cimienten el ejercicio de una ciudadanía global, lo que implica el desarrollo del pensamiento crítico, la solidaridad y la empatía con los otros, fortaleciendo las conexiones que existen entre su contexto local y el resto del mundo. En tal sentido Amanda Bennett, considera a la “eco-alfabetización” como una posible vía para promover la ciudadanía global, al resaltar la necesidad cuidar y preservar el planeta, concientizando los enormes retos que supone mitigar las causas del cambio climático.
También Mónica Carrillo (México) resaltó la importancia de la educación socioemocional para cuidar la salud mental del estudiante y darle mejores herramientas para que pueda sortear las situaciones de incertidumbre que se puedan presentar,
Finalmente, el evento contó con la participación de Miriam Alpizar, Viceministra de Educación Superior de Cuba, quien destacó durante su intervención la necesidad de la formación permanente de los profesores, el fortalecimiento del movimiento estudiantil y el establecimiento de alianzas entre países, instituciones, empresas y organizaciones juveniles para el logro de objetivos comunes.
Pilares para el cambio
De estos testimonios, podemos destacar seis pilares en los que se basa esta transformación de la educación propuesta por los jóvenes:
1. Calidad y pertinencia. La oferta educativa debe garantizar que los procesos de docencia, investigación y vinculación social eleven sus estándares de calidad y su adecuación a las realidades en las que se desarrolla.
2. Inclusión y accesibilidad: la educación no debe dejar a nadie atrás, debe ser un bien público y además crear un espacio seguro donde todas las diversidades sean acogidas y respetadas.
3. Internacionalización: debe haber un mayor énfasis en la integración del estudiante no solo en la región sino también con el mundo.
4. Ciudadanía global. Asegurar que la formación se oriente a la generación de saberes y experiencias que aseguren la sostenibilidad de la vida y el planeta
5. Tecnología: debemos concentrar esfuerzos para lograr superar la brecha tecnológica de la región, modernizar instalaciones, equipos, técnicas y pedagogías que permitan formar profesionales competitivos.
6. Ambiente: ante el inminente desafío que presenta el cambio climático, la educación ha de juntar esfuerzos para lograr una mayor concientización sobre la importancia que tiene la activa participación de todos en la preservación de nuestro planeta
Autor:
Teodoro Pearce Maury
Consultor, UNESCO IESALC
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