¿Cómo pueden los planes de educación superior medir mejor el éxito de sus políticas?
¿Están las políticas de educación superior realmente basadas en una imagen completa del sector? El último policy brief (Análisis PES) de UNESCO IESALC profundiza en esta cuestión, arrojando luz sobre cómo los planes sectoriales de educación superior (ES) pueden integrar una gama más amplia de indicadores para garantizar una formulación de políticas públicas más precisa y transparente.
Mientras que las políticas de educación básica suelen incluir una amplia variedad de indicadores para medir su éxito, las políticas de educación superior tienden a basarse en menos indicadores. Este enfoque limitado crea puntos ciegos tanto para los responsables de políticas públicas como para el público, lo que dificulta la evaluación completa de la salud y la eficacia del sector.
El Análisis PES, titulado Indicadores prioritarios en los planes de educación superior: del monitoreo a la prospectiva, ofrece recomendaciones prácticas y factibles para los responsables de políticas públicas que deseen reforzar sus estrategias de ES. Desde el establecimiento de indicadores sólidos hasta la obtención de la financiación necesaria, el análisis muestra cómo los países pueden crear planes integrales que se ajusten a los objetivos económicos, sociales y medioambientales nacionales.
Por qué es importante diversificar y desagregar indicadores
El análisis subraya la importancia de utilizar una amplia gama de indicadores complementarios que abarquen cuatro categorías fundamentales: insumos, procesos, productos y resultados. Además, el documento también recomienda recopilar datos desglosados por ingresos, género, origen étnico o idioma para detectar desigualdades en el sistema de ES. Por ejemplo, la política austriaca de aumentar las admisiones «no tradicionales» se basa en este tipo de datos para garantizar un acceso más amplio a la educación superior. Sin este nivel de detalle, es casi imposible identificar y abordar las brechas en el acceso y el rendimiento.
Establecer objetivos claros y mensurables
Los planes de ES también deben incluir objetivos claros, con plazos concretos y metas medibles. Un buen ejemplo es el Plan Nacional de Educación Superior Universitaria Estatal (2021-2025) de Costa Rica, que vincula metas anuales específicas a cada objetivo. Este enfoque garantiza un seguimiento periódico de los avances, lo que permite realizar ajustes y garantiza una mayor rendición de cuentas a lo largo del ciclo de vida del plan, no sólo al final.
Cada objetivo debe basarse en la evidencia, incluyendo la participación de representantes de todas las partes interesadas en la educación superior, y estar en sintonía con las políticas públicas nacionales de desarrollo económico, social y medioambiental.
Compromisos financieros para una aplicación sostenible
Unos planes sólidos de ES requieren compromisos financieros realistas. Los planes deben esbozar tanto los presupuestos operativos como las inversiones necesarias para garantizar la consecución de los objetivos, aunque no sean jurídicamente vinculantes. Un ejemplo destacado es el Plan Sectorial de Educación de Burundi (2022-2030), que ofrece previsiones financieras detalladas para la educación superior alrededor de tres posibles escenarios para tener en cuenta las incertidumbres económicas. De este modo, el gobierno de Burundi demuestra transparencia y compromiso, independientemente de las fluctuaciones financieras.
Consulte el análisis completo para conocer en profundidad las conclusiones, las buenas prácticas de todo el mundo y las estrategias para que las políticas de ES sean más eficaces. Para una visión más amplia, también está disponible el informe completo sobre cómo los países incluyen la ES en sus planes nacionales de desarrollo.
También está disponible un informe asociado sobre la inclusión de la educación superior en los planes nacionales de desarrollo.
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